Las conservas son alimentos que han sido esterilizados, para destruir los microorganismos nocivos, dentro de un envase hermético, y así asegurar su conservación durante un largo período de tiempo, que puede ser de muchos meses o años.
Para envasar estos productos se utiliza la lata metálica, vidrio, brik o plástico.
Las conservas permanecen en perfecto estado de seguridad si se mantienen de acuerdo con las instrucciones establecidas en el etiquetado y el envase persiste intacto.
Recomendaciones de uso y almacenamiento
- Las conservas deben mantenerse en un lugar fresco y seco, protegidas del sol y de los cambios repentinos de temperatura.
- Los fabricantes de las conservas tienen la obligación de fijar la “fecha de consumo preferente” para sus productos. Es la fecha hasta la que los fabricantes garantizan que se mantendrán las características de calidad y seguridad de los productos envasados.
- Una vez abierto el envase, la conserva debe consumirse inmediatamente, y el producto sobrante debe mantenerse en la nevera.
- Recuerde que si se trata de una lata, una vez abierta, si no se consume todo el alimento, debe pasarse el sobrante del contenido a otro recipiente de material apto para uso alimentario y guardarlo bien protegido en la nevera.
Anomalías en las conservas
Aunque las conservas son alimentos seguros, pueden presentar alteraciones.
Cualquier alteración es un signo de posible contaminación de la conserva.
Nunca se debe consumir una conserva cuando:
- En la lata aparezcan señales de oxidación, sobre todo en los bordes y puntos de unión.
- La lata está bombeada.
- En caso de que haya espuma dentro de la lata de conserva.
- Si el alimento tiene mal olor o mal aspecto, pérdidas de color, cambios de textura, líquido del interior en mal estado, etc