El Castillo de Castelldefels es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y un testimonio vivo de su historia. Situado en una colina que domina el paisaje de la comarca, el castillo ha sido un punto de referencia a lo largo de siglos, testimonio de la evolución de la villa y de la vida de la región.
Orígenes y Fundación
A pesar de encontrar restos ibéricos y romanos bajo los muros del castillo y de su iglesia, e incluso una lápida romana de finales del siglo I dC, el primer documento que nos habla claramente del establecimiento del castillo y de su iglesia es del 29 de septiembre del año 967, con motivo de una donación de un viñedo de l'Eram, monasterio de Santa Maria en Kastrum Félix. Kastrum o castrum es castillo en latín. Probablemente por aquel entonces ya se erigió una pequeña fortificación, tal vez poco más que una torre con una pequeña muralla en su entorno, para defender la zona, al igual que una años antes se había hecho con el castillo del Eramprunyà.
Tal vez la fundación del monasterio de Santa María de Castelldefels tuvo lugar un año antes, en 966 y fue una de las últimas voluntades del conde Mir, hermano del conde Borrell, que murió ese año y así lo dispuso en su testamento. La fundación de un nuevo monasterio atraía siempre donaciones de los poderosos, a fin de ponerlo bajo su patrocinio. En Ermengarda la reencontramos el 7 de mayo del año 976, haciendo una nueva donación a Santa Maria. Esta vez, la donación es grande: unas casas, con los huertos y árboles frutales, y un viñedo, que también tenía por compra.
Aunque su estructura original ha sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo, su carácter defensivo se conserva en su ubicación estratégica y sus murallas.
Transformaciones a lo largo de los siglos
Con el tiempo, [1], el castillo pasó por diversas transformaciones. Durante la edad media, el castillo fue ampliado para reforzar su función defensiva en el siglo XIV. Durante la segunda mitad del siglo XV, el castillo quedó en muy mal estado después de la Guerra Civil, cuando fue atacado con una bombarda.
Más adelante, en 1550, el Castell sufrió una gran restauración para convertirse en una fortificación de defensa ante las incursiones de corsarios berberiscos por la costa catalana. Por aquel entonces por toda la ciudad se levantaron también diez torres de vigilancia y defensa por la misma razón.
A partir de la segunda mitad del siglo XVII y sobre todo a inicios del siglo XVII el castillo se convierte en una residencia señorial, adaptándose a las necesidades de los nobles de la época.
A partir del segundo tercio del XIX, el castillo fue medio abandonado, pasando por varios períodos de inactividad y decadencia hasta que en 1897 fue restaurado por el banquero Manuel Girona y Agrafels. Más tarde, durante la Guerra Civil Española, el castillo fue un centro de reclutamiento e instrucción militar de 1937 marzo de 1938 en enero de 1939.
Después, de nuevo el castillo permaneció medio abandonado, hasta su compra por el Ayuntamiento de Castelldefels en el año 1988, que a partir de ese momento ha hecho un gran esfuerzo, con el apoyo del Servicio de Patrimonio Local de la Diputación de Barcelona, de la Mancomunidad de Cataluña, de la Generalidad de Cataluña, del Gobierno de España y de haber sido abierto a como hoy en día parte del patrimonio histórico y cultural de Castelldefels.
Patrimonio Arquitectónico
La arquitectura del Castillo de Castelldefels es una fusión de diversos estilos, con elementos medievales, modernos y contemporáneos, pero con unos importantes restos ibéricos y romanos bajo el mismo. Destaca la torre del homenaje, la muralla de defensa y el patio interior, que conservan el encanto del antiguo edificio. Los visitantes pueden explorar las diferentes estancias del castillo, que incluyen la antigua [2]iglesia, los jardines y las amplias salas nobles que una vez fueron habitadas por las familias propietarias del edificio en cada una de sus épocas.
Un Reflejo de la Historia Local
Además de su arquitectura, el castillo es un testimonio del pasado de Castelldefels y de la comarca. El patrimonio cultural que almacena es esencial para entender la evolución de la ciudad, sus relaciones con los alrededores y los distintos períodos históricos que han marcado su identidad.
El Castillo Hoy
Hoy, el Castell de Castelldefels es un lugar de gran valor histórico y cultural que abre sus puertas al público, ofreciendo visitas guiadas, actividades educativas y eventos culturales. Es un espacio de conexión entre el pasado y el presente, donde los visitantes pueden conocer las raíces de la ciudad y disfrutar del encanto de uno de los monumentos más importantes de la zona.
[1] Castelldefels tuvo siempre hasta inicios del siglo XX una población que osciló entre 300 y 400 habitantes. Nunca creció mucho.
[2] Es una iglesia, y no una capilla (hay varias capillas en su interior)