Control de garrapatas Fuente: Agencia de Salud Pública de Cataluña ASPCAT
Las garrapatas son ácaros que parasitan externamente varios mamíferos, aves y reptiles –tanto salvajes como domésticos– y también pueden picar las personas. Son hematófagas, es decir, necesitan chupar sangre de la persona o animal para alimentarse y completar su ciclo biológico.
Hay más de 1.000 especies descritas en todo el mundo y se clasifican en dos grupos, según la dureza de la cutícula o membrana que los reviste el cuerpo: las blandas (familia Argasidae) y las duras (familia Ixodidae). Las que pueden afectar más las mascotas y el ser humano son las duras.
El aspecto de las garrapatas varía según la especie, el estado de desarrollo y el grado de alimentación, son más planas cuando no se han alimentado y más redondeadas cuando el abdomen es lleno.
Las garrapatas pasan por cuatro estadios de maduración durante su ciclo biológico: huevo, larva, ninfa y adulto. El ciclo completo dura habitualmente 2-3 años, pero puede ser más corto en función de la especie y si las condiciones ambientales son favorables. Una garrapata puede desarrollarse completamente sobre un mismo huésped o puede tener dos o tres huéspedes diferentes . Este es el caso más frecuente en las especies de garrapatas presentes a Europa.
Necesitan alimentarse de sangre de un huésped para pasar al estadio siguiente y completar su ciclo biológico. Las fases de ninfa y adulto son las etapas donde las garrapatas pueden atacar las personas y transmitir enfermedades.
En entornos rurales y los bosques se encuentran donde abunda la vegetación y habitan animales silvestres, como por ejemplo los jabalíes y los conejos. En espacios urbanos se pueden encontrar en zonas cubiertas de hierba , generalmente asociadas a la presencia de animales domésticos.
Acostumbran a buscar un lugar adecuado en la vegetación y esperan hasta que pase un posible huésped al cual acceden por contacto directo. Una vez acceden al huésped, buscan una zona adecuada para picar y alimentarse.
Prefieren las temperaturas cálidas y la humedad, por eso están más activas desde la primavera hasta el otoño, sobre todo en verano.
Si practicas senderismo, acampada, caza u otras actividades en contacto con la naturaleza, o viaje a zonas endémicas de enfermedades transmitidas por garrapatas, es importante que conozcáis estas recomendaciones:

Antes de salir
- Veámonos con manga larga y pantalones largos, preferiblemente de color claro (de esta manera será más fácil comprobar si tenéis alguna garrapata encima).
- Lleva botas cerradas y calcetines (procurando que cubran la parte inferior del pantalón). Evite las sandalias o zapatos
- Si optas por utilizar un repelente, lea atentamente las instrucciones de uso, evite el contacto directo con manos y mucosas, y no lo aplique sobre heridas. Evite la aplicación de repelentes en niños menores de dos años. En caso de duda, consulte a vuestro pediatra.
- Si salís con vuestra mascota, es conveniente que le aplique un antiparasitario externo que repela las garrapatas. Consulte con su veterinario.
En la naturaleza
- Siempre que sea posible, caminé por el medio de los caminos.
- Evite el contacto con zonas con vegetación espesa, con hierba alta y llenas de hojarasca.
Cuando regrese
- Examiné cuidadosamente todo el cuerpo para detectar si os ha picado alguna garrapata. La ducha es un buen momento. Si es necesario, usáis espejos para ver bien todas las partes del cuerpo. Revise sobre todo
- la cabeza y el cuello,
- los pliegues corporales (cobijas, ingles, detrás de las rodillas, etc.),
- dentro y fuera de las orejas,
- dentro del mío y alrededor de la cintura.
- No olvides revisar a los niños.
- Reviséis con cuidado a vuestras mascotas, sobre todo:
- dentro y fuera las orejas
- alrededor de los ojos
- el cuello y la nuca
- entre los dedos de las extremidades
- alrededor de la base de la cola
- Revise el equipamiento que habéis llevado durante la jornada al exterior (mochilas, chaquetas, etc.), y rente la ropa y el equipo con agua caliente. Con agua fría o a temperatura media no basta para matar a las garrapatas.
En el supuesto de que una garrapata infectada se adhiera a una persona (o a un animal), necesita algunas horas para transmitir el agente infeccioso, por eso es muy importante sacarla tan pronto como se detecte.
A pesar de que actualmente hay descritas muchas enfermedades transmitidas por estos ácaros, la mayoría de garrapatas no son portadoras de organismos patógenos. En caso de que estuvieran infectadas, si se extraen de manera rápida y adecuada es muy probable que la infección no se transmita. Es preferible que lo extraiga un profesional sanitario.
paparres_que_no_se_enganxin_A3.pdf
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paparres-document_recomanacions.pdf
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