El exceso de calor puede suponer un peligro para la salud y provocar deshidratación; agotamiento incluso puede llegar a provocar un golpe de calor. Las predicciones meterológicas indican que, este año, las temperaturas llegarán a alcanzar cifras récord.
Para evitar riesgos y disfrutar de un verano lo más fresco posible, puede seguir algunos consejos:
1.- En casa controle la temperatura
- Cierre las persianas de las ventanas donde da el sol directamente durante las horas de sol.
- Abra las ventanas a primera hora de la mañana y durante la noche para ventilar la casa. Si están ubicadas en extremos opuestos de la casa se crearán corrientes de aire.
- Cierre las cortinas. Mejor si son de materiales translúcidos, y de colores claros, porque dejan pasar la luz y acumulan menos calor.
- Si tiene toldos, haga uso. Actúan de barrera contra la entrada de los rayos solares y colaboran en la regulación de la temperatura interior.
- Permanezca en las estancias más frescas.
- Utilice algún tipo de climatización para refrescarse y refrescar el ambiente:
- Utilice el ventilador en espacios pequeños. Colóquelo más o menos cerca para que sea efectivo. Este aparato no enfría el aire, sino que lo remueve, y por tanto lo que reduce es la sensación térmica, pero no la temperatura de la habitación.
- Encienda el aire acondicionado. Procure mantener la temperatura estable y no bajarla de repente. La temperatura de confort debería ser de 26 °C. Recuerde que un adecuado mantenimiento y revisión de los equipos de climatización, alarga su vida y mejora su seguridad. Si no tiene aire acondicionado, trate de pasar las horas de más calor en lugares climatizados (bibliotecas, cines, etcétera).
- Si tiene pensado instalar un aparato de refrigeración, elija lugares donde toque poco el sol y con buena circulación de aire.
- Apague los aparatos cuando salga de casa.
- También puede recurrir a un objeto tan sencillo como el abanico.
- Refrescarse a menudo con duchas o toallas empapadas de agua.
- Retirar las alfombras y almohadas del sofá.
- Si tiene terraza, aproveche la última hora de la tarde para rociarla con un poco de agua.
- Opte por preparar platos fríos y evite poner en marcha el horno para mantener la cocina fresca.
- Intente utilizar los electrodomésticos de cara a la noche, como el lavavajillas, la lavadora o la plancha de la ropa porque son fuentes de calor.
- Procure utilizar bombillas LED, ya que generan menos calor.
- Los colores claros en techos y paredes exteriores reflejan el sol, evitan el calentamiento de los espacios interiores y mejoran su iluminación.
- Llene el hogar de plantas. Ayudan a refrescar el ambiente tanto en el interior como en el exterior.
2.- En la calle, evite el sol directo
- Lleve una gorra o un sombrero.
- Utilice ropa ligera (como la de algodón), de colores claros y que no sea ajustada.
- Procure caminar por la sombra, estar bajo una sombrilla cuando esté en la playa y descanse en lugares frescos de la calle o en espacios cerrados que estén climatizados.
- Lleve agua y beba a menudo.
- Mójese un poco la cara e, incluso, la ropa.
- Vigile en los trayectos en coche durante las horas de más sol y nunca deje niños, personas frágiles o mascotas con las ventanas cerradas.
- No tape el cochecito o silla de paseo de los niños cuando se expone al sol
3.- En el trabajo, evite riesgos
- Siga las medidas preventivas que le indique el servicio de prevención de riesgos laborales de su empresa o el empresario o empresaria.
- Beba regularmente agua fresca (10-12 o C). No espere a tener sensación de sed: procure beber un vaso cada veinte minutos.
- Siempre que sea posible, cuando lleve a cabo trabajos en el exterior, hágalo en zonas sombrías.
- Descanse en lugares frescos cuando tenga mucho calor.
- Verano ropa ancha, clara y fresca que cubra la mayor parte de la superficie del cuerpo. No se la quite porque puede protegerle de las condiciones térmicas extremas.
- Si es posible, cubra la cabeza con sombreros o gorras de tejido transpirable.
- Procure ir descansado al trabajo, ya que trabajar con calor exige más esfuerzo físico.
El calor durante la jornada de trabajo en verano
4.- Limite la actividad física durante las horas de más calor
El verano es una buena época para incorporar la actividad física en la rutina diaria. Una vida activa mejora la salud y ayuda a prevenir y tratar diversas enfermedades; tiene efectos antidepresivos, mejora la ansiedad y la salud cardiovascular, previene la diabetes tipo 2, el insomnio, el sobrepeso y la obesidad, y comporta otros tipos de beneficios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar treinta minutos de actividad física (como, por ejemplo, caminar a buen paso), al menos cinco días a la semana. Además, todo suma: los treinta minutos se pueden realizar en períodos de diez minutos. Una buena opción es disfrutar de alguna de las rutas saludables que existen en distintos municipios de Cataluña.
Ahora bien, para evitar que el calor le juegue una mala pasada, conviene que:
- Evite salir a las horas del mediodía, que es cuando hace más calor.
- Reduzca las actividades intensas.
- Se protege del sol con gorro, gafas de sol y crema con factor de protección solar alto.
- Lleve siempre agua y beba a menudo.
5. Hidratarse frecuentemente y vigilar la alimentación
Mantener una hidratación adecuada durante todo el año es esencial para nuestra salud, pero en verano es aún mayor. El aporte de agua al organismo proviene mayoritariamente del consumo de líquidos, pero también del contenido en agua de los alimentos sólidos (verduras, frutas y hortalizas son los que más contienen). Seguir una alimentación saludable rica en estos alimentos y beber agua es la mejor forma de mantener el organismo en un buen estado de hidratación durante todo el año.
El estado de hidratación puede verse afectado cuando hace calor, ya que el cuerpo pierde líquido en forma de sudor. Por eso durante esta época es especialmente importante beber mucha agua, sobre todo los niños y las personas mayores. Es recomendable adelantarse a la sed en todo momento y proporcionar agua al organismo antes de que la solicite.
- Beba agua a menudo
- En casa, dispone siempre de agua de fácil acceso, en un lugar fresco o en la nevera.
- Durante las comidas, tenga una jarra o botella de agua sobre la mesa.
- Cuando esté fuera de casa, lleve siempre agua.
- Si va de excursión, asegúrese de que durante el trayecto y en el lugar de destino hay fuentes de agua potable o que lleve cantimplora.
- Los niños tienen una menor capacidad de expresar la sed y las personas mayores de percibirla; por tanto, es importante que les ofrezca agua para que estén hidratados.
- Puede completar la hidratación con otras bebidas (zumos, refrescantes o granizados) de forma ocasional, siempre que las tome con moderación y no para sustituir el agua.
- Vigile la alimentación
- Opte por comidas ligeras, como ensaladas, frutas, verduras y zumos naturales que ayudan a reponer las sales minerales que se pierden por el sudor.
- Evite:
- las comidas muy calientes y las que aportan muchas calorías.
- bebidas alcohólicas, porque aumentan la deshidratación, así como las bebidas estimulantes, especialmente las que contengan cafeína.
- ¡Mójese!
- Hidratarse también por fuera ayuda a mantener la temperatura del organismo.
- Mojar la cara, las muñecas y la nuca.
- Refresque con toallas empapadas de agua.
- Dúchese a menudo.
- Báñese en el mar o en la piscina.
- Actúe ante la deshidratación
La deshidratación se puede manifestar con síntomas como dolor de cabeza, sequedad de boca, cansancio, dificultad de concentración, intolerancia al calor, aumento de la temperatura corporal, ardor de estómago y taquicardia.
Si la deshidratación es leve, beber líquidos es suficiente. Conviene beber pequeñas cantidades con frecuencia, sobre todo en niños, en lugar de gran cantidad de golpe porque puede provocar más vómitos. Los casos graves requieren atención médica inmediata.